lunes, 2 de mayo de 2016

El nómos atómico de la Tierra: estado de excepción y zona de exlcusión.



El entuerto jurídico anula el Derecho, es lo contrario al orden jurídico. ¿Qué hacer para restituirlo, para restituir al criminal al derecho? La pena impuesta por el tribunal es la que vuelve a introducir al criminal en el Derecho, de manera que enmienda la fisura entre Derecho y Naturaleza. ¿Qué pasa cuando no se tiene derecho a la pena (porque ni si quiera hay entuerto) como en Guantánamo, como en los aeropuertos? Que el individuo deja de ser sujeto de derechos y pasa a un estado de a-legalidad donde todo está permitido. En eso consiste el Estado de Excepción, en la supresión del Derecho en virtud del Estado de Naturaleza que lleva implícito siempre el Soberano en sí, el cual se encuentra en un orden trascendente a la política (es impolítico) y la legalidad. No forma parte del contrato que han firmado los súbditos. En Chernóbil la phýsis del soberano atómico, la técnica, se llama radio-actividad y el espacio de Estado de Excepción se llama "Zona de Exclusión". Phýsis desbordada que impone un nómos de la Tierra irradiado. La nube radiactiva, en relación con el elemento aire, supone la supresión de los límites claros que el Derecho Internacional (Derecho de Gentes) marcaba al delimitar el espacio terrestre. La bomba atómica heideggeriana, como phýsis desbordante y crueldad no humana del ser, instaura, inaugura un Estado de Excepción mundial, global. Pastorear el ser con contadores geiger y trajes anti radiación de plomo; crear sarcófagos contenedores de reactores nucleares en vez de casas habitables en los que ser vecinos de una phýsis amable. Destruir la habitabilidad burguesa y liberal de centro comercial y espacio techado por lo inhóspito del elemento aire, abierto a la tormenta del ser. La torsión del pensar hacia la mutua apropiación entre ser y hombre, derecho y phýsis, vendrá gracias a la imposición del Estado de Excepción por una instancia no-humana, anti-humana: el ser/phýsis/des-fondamiento/fundamento. La mutua apropiación entre ser y hombre es paulinamente escatológica y la pre-vivencia del fin atómico en el pastor del Ser, la parousía, es su única posibilidad de salvación: sólo un Dios puede aún salvarnos y en la era de la técnica es atómico; en el máximo peligro crece/estalla/irradia la salvación.

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